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Tag: batiks

Decoración

Tela hecha arte

El trabajo de todo quilter gira alrededor de los quilts o colchas, y si bien pueden parecer iguales a las mantas, no lo son. De hecho, en muchos lugares, llamar manta (blanket) a una colcha (quilt) es ofender el trabajo de quien la realizó. Son obras de arte en todo su significado y requieren de mucho trabajo, talento, dedicación y paciencia para realizarlas. Personalmente, desearía haber realizado muchas más colchas a lo largo de toda mi vida, pero por una razón u otra, no fue así. Considero que es como tener un enorme lienzo blanco en donde poder plasmar las emociones que en ese momento tenemos, bien sea por las telas que utilizamos, la persona quién nos comisionó el trabajo o la persona a quién irá destinado. Muchas cosas influyen a la hora de escoger el modelo que se quiere realizar.

Pero como decía, por vivir en un país con clima cálido, donde las colchas no son necesarias, esas emociones para realizarlas tuve que dirigirlas hacia otros productos, con superficies no tan grandes. Hasta que un día caí en cuenta que lo más parecido a un lienzo en blanco, por la semejanza a una colcha, era precisamente un lienzo en blanco. Puede sonar redundante y hasta demasiado lógico, pero nunca se me había ocurrido antes: no se necesita realizar un sandwich (tope, guata, fondo) y por ende un acolchado (ahorro de tiempo y de costo final), puedo igualmente expresar lo que siento según la ocasión, es un formato discretamente grande donde desplayarme, hay mucha costura involucrada (la selección de telas y la realización del motivo es lo que más me gusta del proceso creativo!) y mucha gente lo puede admirar, puesto que va colgado de una pared. Además, puedo colocar una dedicatoria y la fecha de entrega en la parte trasera del lienzo, sin que eso esté en una tarjeta o papel aparte, con el riesgo de que se pierda. Mi famosa engrapadora de tapicería resultó, una vez más, muy útil en el proceso.

El primero que recuerdo haber hecho, como obra de arte en serio, fue “Caos Urbano”, en el 2011. El nombre se lo di porque, visto de lejos, las telas hacen un juego de luces como si se tratasen de habitaciones iluminadas en una ciudad (tal vez el valle de Caracas influenció en esa decisión). Lo diseñé pensando en la habitación que estábamos remodelando en la posada de la cual éramos socios, aprovechando la ausencia de nuestro socio. Queríamos darle una sorpresa, y lo logramos! Fue la habitación más asolicitada por los huéspedes y de ahí en adelante, ninguna otra habitación tendría jamás las paredes blancas de nuevo hehehe. La verdad es que me divertí mucho haciéndolo, especialmente porque no utilicé algún patrón sino  una idea que tenía en la cabeza, y aunque no resultó como lo había pensado lo resolví con un poco de cálculo, geometría y telas adicionales. Ahora está colgado en el pasillo de mi habitación y lo disfruto cada vez que entro.

Unos meses más tarde, hice este otro para alegrar el cuarto de una compañera de trabajo. Utilicé unos retazos de tela que me habían regalado en Italia, bastante más gruesos de lo acostumbrado, y a medida que fui disponiendo y cosiendo las telas, se me parecía cada vez más a las siluetas de unos rascacielos en pleno atardecer (cielo rojo hacia el azul). Nunca llegué a ponerle nombre pero me gustaba el efecto; tanto es así que le puse un bordecito gris para simular una calle.

De ahí en adelante, cada vez que alguien se mudaba, le regalaba un cuadro para que le alegrara algún espacio. Éste, por ejemplo, se lo dí a la misma compañera de trabajo, un año más tarde, cuando se mudó a un apartamento completo. No hubo mucho raciocinio involucrado, sino más bien buscaba combinaciones alegres de colores y diseños. Me gustó el hecho de que las telas tuvieran los diseños grandes, que destacaran entre sí.

En el 2013, se graduó mi hermano de la universidad y quise darle algo que no fuera el mismo bolígrafo de siempre. Algo que le recordara cuánto lo quiero a pesar de las peleas que tuvimos (y que seguiremos teniendo porque no la pensamos igual hahaha). En Facebook había visto ya varias colchas con corazones hechos de tiras y decidí que ese iba a ser mi diseño. Lo dibujé primero en papel, para calcular cuántas baldosas y de qué tamaño las necesitaba, según el tamaño del lienzo más grande que había podido encontrar. Después me divertí a revisar TODAS mis telas rojas y negras para cortar las tiras necesarias (no las corté del mismo tamaño sino que aproveché esa diversidad para utilizar todas las que ya estaban cortadas). Recuerdo que cuando terminé las baldosas hice varias pruebas para el borde, pero ninguna me convencía, hasta que le pregunté a mi madre (siempre tiene un punto de vista diferente del mío, sin ser lógico para mí) y con extrema naturalidad me dijo: amarillo! Yo trataba de buscar en mi cabeza dónde algo rojo con negro podía combinar con amarillo, pero cuando coloqué la tela cerca… voilá! La combinación perfecta! Enmarca perfectamente el corazón, agregándole alegría, sin restarle importancia al diseño principal. Me gustó ver que a mi hermano le agradó el regalo y lo tuvo siempre colgado en su cuarto, hasta el día en que se mudó. Próximamente volverá a tenerlo cerca…

Estoy consciente de que hay artistas textiles que superan con creces mis lienzos, tanto en belleza, complejidad y técnica. Pero me gusta lo que he hecho hasta ahora y que haya gente que lo aprecia. Todavía tengo unos cuantos lienzos disponibles por ahí que desean ser utilizados, y creo que uno de ellos lo llenaré con esta composición. Compré estos triángulos en batik hace años y nunca los utilicé. Son unas de mis telas favoritas puesto que se estampan a mano y cada uno termina saliendo diferente del otro: no hay dos iguales! Me recuerda un poco las olas del mar y tal vez aprovecharé para realizar algún bordado en los espacios vacíos. Siempre me he sentido intimidada con el bordado a “manos libres”: ya veremos qué sale de todo esto!

Costura

Mantel en progreso

Siempre tuve en mente hacer un mantel para el comedor de mi madre, pero esperando la “idea genial” nunca llevé a cabo esa deseo. No fue sino hace unos meses atrás cuando se me presentó frente a mi, a través de instagram, un quilt maravilloso fotografiado sobre una mesa. Juro que pensé se trataba de un mantel, hasta que leí toda la descripción. Quedé sencillamente enamorada y le tomé una foto para mostrársela a mi madre, quien quedó enamorada a su vez. El trabajo en cuestión es de una quilter australiana, @semichaotic (te invito a visitar su cuenta si te gustan los trabajos fuera de lo normal, como bien su nombre lo indica!) y la mezcla de telas y colores que realizó fue, para mi, extraordinaria! Ahí supe que ese era el diseño que me gustaría ver representado en el mantel de mi madre. Obviamente las telas no iban a ser las mismas, pero la idea de que fuera full color me gustó mucho porque ella adora los contrastes fuertes, la decoración mexicana, la mediterránea, la española con mezcla de influencias árabes, la peruana… En fin: cualquier cosa que implique colores llamativos, sin reglas aparentes.

Analizando el diseño, decidí eliminar la baldosa central representada por 4 triángulos en un cuadrado porque quería que se destacara más el diseño de rombos que se creaba en el fondo (ver foto encima del título). Voy a utilizar todos los retazos de telas que tengo a disposición y la medida más obvia que se me cruzó por la cabeza fue la de 2,5″ por lado. Ya veremos cómo quedará en el contexto porque la verdad no quiero baldosas demasiado grandes que distraigan la vista mientras la gente come, sino más bien que fuera algo homogéneo dentro de tanta variedad de telas.

Para aportarle los colores necesarios que le gustan a ella, me voy a enfocar en las telas del diseñador Kaffe Fassett y su colectiva, que muchos ya saben es uno de mis favoritos, y en algunos retazos de telas batiks. Ambos tipos de telas se la llevan muy bien juntos y contrastarían con las demás. Dentro de mis telas de KFC (Kaffe Fassett Collective) había un entramado de flores con fondo verde: ya corté cada cuadrado para obtener así 31 centros de baldosas, los cuales estarán distribuidos por todo el mantel. Todas las baldosas compuestas (triángulo en medio cuadrado y los cuatro triángulos) llevan una tela de KFC o batik y otra tela regular. Es la primera vez que no me importó si ambas telas combinaban o no, porque seguí el mismo consejo que me dio @semichaotic: “mix and don’t match” (mezclar y no combinar) obteniendo algunos resultados verdaderamente sorprendentes!

Para agillizar el trabajo de coser las baldosas de 4 triángulos en un cuadrado, me inventé un método que hasta ahora no recuerdo haber visto en ningún libro (si no es así, ruego me avisen el autor para mencionarlo aquí): a una tira larga de 2,5″de ancho, le fui colocando arriba cuadrados del mismo ancho, con la diagonal trazada, de manera tal que donde terminara una, empezara la otra y así ir cosiendo a ambos lados de todas las diagonales (coser en bias no es muy divertido que digamos y teniendo una base más estable pues es mejor). Resultó mucho más rápido que coser cada cuadrito por individual! Al terminar las costuras, simplemente se corta con la tijera la tira larga a la altura del cuadrito cosido y después a lo largo de la línea trazada con el bolígrafo. De esta forma, se obtienen 2 triángulos en medio cuadrado que al sobreponerlos en sentido contrario (lados derechos juntos) y repitiendo la misma operación anterior, terminamos obteniendo dos baldosas de 4 triángulos en un cuadrado. Hay que sacar bien las cuentas (no como yo que multipliqué por dos los cuadrados necesarios para obtener las baldosas requeridas y terminé con el doble de las baldosas necesarias hahaha!): por cada 2 cuadrados de tela se obtienen 2 triángulos en medio cuadrado o 2 cuatro triángulos en un cuadrado.

Existen varias maneras de obtener los triángulos de medio cuadrado. Las dos más rápidas que encontré, si dispones de retazos grandes y no te importa repetir los diseños, son las de obtener 4 y 8 baldosas respectivamente, a partir de dos cuadrados de tela. La primera (mano izq.), tiene la desventaja que al abrir las baldosas obtenidas, vas a trabajarlas al bias puesto que los lados que quedan al descubierto son las diagonales de las telas. En la segunda (der.), las diagonales son los lados cosidos, así que cuando abres las baldosas, trabajas con los lados rectos de las telas y son más fáciles de trabajar. La verdad es que terminé por no incluir estas baldosas dentro del mantel puesto que, al hacer mal el cálculo y terminando con baldosas en exceso, decidí quedarme con una de cada diseño para no repetirlos y las demás las destinaré para otro proyecto. De todas maneras, fue interesante probar ambas técnicas y saber que existen para cuando necesite producir HST en masa! En internet existen páginas muy buenas en donde detallan las medidas que tienen que tener los cuadrados te tela para obtener baldosas de determinados tamaños. Es siempre preferible trabajar con un poco más de margen y perfilar las baldosas con la cuchilla giratoria al final, que trabajar con medidas exactas porque basta un pequeño desvío con la máquina y las medidas no van a coincidir (especialmente si se cose de noche como yo, que uno tiende a estar más cansado!).

Así lucía mi mesa el primer día que empecé a cortar los retazos y a coser las tiras para formar los 3 cuadrados juntos. Confieso que cada vez que trabajo con “mis” retazos, revivo la historia que hubo detrás de cada tela o los productos que con ella elaboré en su momento… Es como jugar a Memory!

En una primera instancia, había utilizado el software Electric Quilt 5 para diseñar el mantel y saber exactamente cuántas baldosas iba a necesitar y de qué tipo. Por desgracia, tuvimos que formatear mi pc y entre una cosa y otra, ese documento no se guardó para pasarlo a mi viejo laptop, así que tuve que diseñarlo de nuevo. Esta vez, me fui por el sistema tradicional y lo hice con papel y lápiz (menos mal que le había comprado un block de dibujo cuadriculado a mis hijos y ese mismo fue el que utilicé). Al parecer, la primera vez que había diseñado el mantel, había hecho un error de conversión entre centímetros y pulgadas y había calculado más baldosas de las necesarias. Ahora, revisando y corrigiendo mis cálculos, la cantidad que necesito es menor así que prácticamente tengo hechas las baldosas compuestas necesarias para confeccionar un segundo mantel hahaha (será que me hago uno a mi también? No me disgutaría la idea en lo absoluto!): estamos hablando de 29 filas por 33 columnas, para un total de 957 baldosas (127 de 4 triángulos, 224 de triángulos en medio cuadrado y 606 cuadrados).

Alrededor, voy a colocar un borde de 2,5″ de ancho como para que encierre y mantenga las baldosas en orden. Ya tengo las telas vistas, si es que no cambio de opinión una vez esté todo ensamblado (no es raro que eso suceda) como ya me sucedió con el reverso del mantel, puesto que antes pensaba utilizar telas enteras mientras que ahora decidí utilizar un layer cake (pre-cortado de 10″ de lado) que tengo por ahí de KFC en colores rojizos: a la final mi madre tendrá dos manteles en lugar de uno!

Estaré actualizando el progreso para cuando termine de cortar los cuadrados que me faltan y empiece a coser el mantel como tal. Estoy segura de que quedará fabuloso!

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