fbpx

Tag: decoración de interiores

Navidad

Proyecto de la Amistad

El ser humano es considerado un animal social y el año pasado nos hizo sentir cuán importante es, para cada uno de nosotros, el poder relacionarnos con nuestro círculo cercano. La falta de libertad de movimiento, el tener que estar distanciados de los demás y los restaurantes inhabilitados para comer en el local fue lo más difícil de toda esta pandemia, a nivel personal. Realmente extraño estar en contacto con mis amigos, compartir un buen café o entablar una conversación cara a cara.

Lo bueno de todo esto, es que me hizo pensar en las maravillosas amistades que he logrado cosechar desde mi llegada a Panamá, 11 atrás, y de las muchas ocasiones en que disfruté su compañía. Siempre hemos tratado de reunirnos para celebrar un cumpleaños, algún evento especial, una reunión en casa o una simple llamada para ver quién estaba disponible para comprtir un pedazo de torta y charlar! Y así decidí realizar algo para cada una de ellas…

Vi este mini quilt en la cuenta de instagram de Fat Quarter Shop, @fatquartershop (siempre tienen buenas ideas y proyectos, además de contar con una tienda increíble!) y lo consideré perfecto, puesto que a) tendré bastante tiempo para realizarlos y no son tan comprometedores, b) cada año lo usarán y se acordarán de mi (modestamente hehehe) y c) la Navidad es algo que a todos les gusta y llena de felicidad. Además, cada quien podrá darle el uso que desee: colgarlo, usarlo como centro de mesa, exhibirlo cerca del nacimiento, etc. 

Todas las telas verdes las encontré entre mis retazos y las blancas las compraré especialmente puesto que es un color que no acostumbro a utilizar (aunque siempre me hayan gustado los trabajos que veo que tengan fondo blanco). Por ahora corté dos fat quarters (cuartos de yarda) que encontré en mi inventario para ver si adelanto algunas líneas, mientras llegan las demás. Para aprovechar al máximo mis retazos, corté las telas en dos medidas, 3 y 4 pulgadas de alto, ultilizando una regla especial a forma de pirámide (tumbler, en inglés) para que los cortes sean precisos y rápidos. No es la regla que ellos promocionan, sino que es una que ya tenía para otro diseño pero sirve para el mismo propósito, puesto que se van a necesitar dos tipos de pirámides: uno angosto y otro más ancho. En total, serán 7 mini quilts con los retazos grandes y 14 mini quilts con retazos pequeños. Ya después pensaré en las telas marrones para el tronco y en las que colocaré en el reverso…

Quise probar a coser las filas más largas, donde se necesitara solamente una pieza de tela blanca en cada lado, porque la idea es de utilizar varios diseños de telas blancas para darle un toque de patchwork ahí también. Me gusta como se ve el resultado parcial: aunque los verdes sean tan diferentes entre sí, armonizan muy bien juntos. Es la magia de los retazos o scraps: mientras más diversos, mejor!

Y ustedes: han hecho cosas para sus amigos, para que siempre queden en sus memorias? Me encantaría que compartieran conmigo…

Cuídense mucho y feliz semana,

Marina

Ropa de cama

Mi primer gran reto oficial

A lo largo de mi -corta- carrera profesional en el campo del patchwork, he tenido unos cuantos proyectos que considero han sido retadores y logré terminarlos una vez que me deshice de mis creencias perfeccionistas y dí rienda suelta a mi creatividad. Siempre los consideré como una fuente de crecimiento aún cuando pusieron a dura prueba mi paz mental hehehe

Lo que me ha sido comisionada ahora, no es difícil di per sé, sino que la parte desafiante va a ser terminarla como debe ser. Se trata de mi primera colcha (o quilt) para una cama king, con un tamaño aproximado de 110 por 110 pulgadas. En Panamá no existe nadie que ofrezca un servicio de longarm o acolchado de piezas muy grandes con máquinas de coser que tengan un brazo móvil, como existen en Estados Unidos, Canadá, Australia y Europa, donde el patchwork y el quilting datan desde hace muchas décadas. Así que tendré que acolcharla con mi super máquina de coser casera! Hasta ahora solamente he completado colchas twin y queen, obteniendo resultados más que satisfactorios.

El fin de semana me dediqué a planearla, basándome en una colcha que vi en Instagram (foto superior). La creadora de la misma, Jackie Kunkel, se basó en un modelo que vió en el libro “The Big Book of Scrappy Quilts” de Martingale/That Patchwork Place. El modelo se llama Scrappy Rectangles de Jo Parott. Lo que más me gustó de la versión de Kunkel es la explosión de color sin que resulte fastidiosa a la vista al agregar el borde negro -sashing en inglés- que contenga a cada cuadro o baldosa (cosa que en la versión original no existe). Eso le da un sentido de orden y la posibilidad de enfocarse en los detalles de cada tela. Confieso que siempre me han gustado las colchas “scrappy” o de retazos, en el verdadero sentido de la palabra: no es lo mismo comprar yardas de telas y recortarlas en los pedazos que se necesitan a utilizar los retazos de tela que ya tenemos en nuestro poder: la variedad es mucho mayor y la diversión está justamente en recolectar todos esos pedazos en un solo producto final. Es como tener un portafolio de todas las telas que hemos utilizado a lo largo de nuestra producción.

Esta semana ya terminé de cortar las telas negras (mitad del requerimiento total de retazos empleados en la elaboración de las baldosas), las azules y las verdes, además de algunos otros colores. Ha sido divertido buscar entre mis retazos y traer a la memoria cuándo compré las telas, o dónde, para qué las usé la primera vez, si me las regalaron… En fin, un zambullido en el pasado!

         

         

No voy a realizar las baldosas del mismo tamaño original, sino que opté por cortar los rectángulos media pulgada más grandes, puesto que tengo una regla que me ayuda a cortar tiras de 2,5 pulgadas de ancho y realmente es una bendición, a la hora de hacer muchos cortes y necesitarlos todos iguales. También fueron eliminadas las telas con fondo blanco, a petición de la cliente, por lo que el resultado final será un poco más oscuro. Todavía tengo que decidir si los cuadrados que se utilizan junto con el borde negro serán simples o utilizaré los que cosí de más para realizar el mantel de mi madre (los 4 triángulos en un cuadrado), puesto que tienen igualmente 2,5 pulgadas de lado y calzarían a la perfección. Si no uso esos, utilizaré telas de Kaffe Fassett para tener algo de homogeneidad entre tanto diseño (es mi diseñador favorito y trato de incluirlo donde puedo hehehe!).

Ya para la próxima semana debo finalizar de cortar las telas y empezar la fase de “piecing” o pegado. Es una de las etapas que más me gusta del proceso creativo (además de la de escoger las telas) puesto que las cosas poco a poco van tomando forma y pasan de ser pedazos individuales de tela a formar un todo con sentido!

Feliz semana,

Marina

Decoración

Tela hecha arte

El trabajo de todo quilter gira alrededor de los quilts o colchas, y si bien pueden parecer iguales a las mantas, no lo son. De hecho, en muchos lugares, llamar manta (blanket) a una colcha (quilt) es ofender el trabajo de quien la realizó. Son obras de arte en todo su significado y requieren de mucho trabajo, talento, dedicación y paciencia para realizarlas. Personalmente, desearía haber realizado muchas más colchas a lo largo de toda mi vida, pero por una razón u otra, no fue así. Considero que es como tener un enorme lienzo blanco en donde poder plasmar las emociones que en ese momento tenemos, bien sea por las telas que utilizamos, la persona quién nos comisionó el trabajo o la persona a quién irá destinado. Muchas cosas influyen a la hora de escoger el modelo que se quiere realizar.

Pero como decía, por vivir en un país con clima cálido, donde las colchas no son necesarias, esas emociones para realizarlas tuve que dirigirlas hacia otros productos, con superficies no tan grandes. Hasta que un día caí en cuenta que lo más parecido a un lienzo en blanco, por la semejanza a una colcha, era precisamente un lienzo en blanco. Puede sonar redundante y hasta demasiado lógico, pero nunca se me había ocurrido antes: no se necesita realizar un sandwich (tope, guata, fondo) y por ende un acolchado (ahorro de tiempo y de costo final), puedo igualmente expresar lo que siento según la ocasión, es un formato discretamente grande donde desplayarme, hay mucha costura involucrada (la selección de telas y la realización del motivo es lo que más me gusta del proceso creativo!) y mucha gente lo puede admirar, puesto que va colgado de una pared. Además, puedo colocar una dedicatoria y la fecha de entrega en la parte trasera del lienzo, sin que eso esté en una tarjeta o papel aparte, con el riesgo de que se pierda. Mi famosa engrapadora de tapicería resultó, una vez más, muy útil en el proceso.

El primero que recuerdo haber hecho, como obra de arte en serio, fue “Caos Urbano”, en el 2011. El nombre se lo di porque, visto de lejos, las telas hacen un juego de luces como si se tratasen de habitaciones iluminadas en una ciudad (tal vez el valle de Caracas influenció en esa decisión). Lo diseñé pensando en la habitación que estábamos remodelando en la posada de la cual éramos socios, aprovechando la ausencia de nuestro socio. Queríamos darle una sorpresa, y lo logramos! Fue la habitación más asolicitada por los huéspedes y de ahí en adelante, ninguna otra habitación tendría jamás las paredes blancas de nuevo hehehe. La verdad es que me divertí mucho haciéndolo, especialmente porque no utilicé algún patrón sino  una idea que tenía en la cabeza, y aunque no resultó como lo había pensado lo resolví con un poco de cálculo, geometría y telas adicionales. Ahora está colgado en el pasillo de mi habitación y lo disfruto cada vez que entro.

Unos meses más tarde, hice este otro para alegrar el cuarto de una compañera de trabajo. Utilicé unos retazos de tela que me habían regalado en Italia, bastante más gruesos de lo acostumbrado, y a medida que fui disponiendo y cosiendo las telas, se me parecía cada vez más a las siluetas de unos rascacielos en pleno atardecer (cielo rojo hacia el azul). Nunca llegué a ponerle nombre pero me gustaba el efecto; tanto es así que le puse un bordecito gris para simular una calle.

De ahí en adelante, cada vez que alguien se mudaba, le regalaba un cuadro para que le alegrara algún espacio. Éste, por ejemplo, se lo dí a la misma compañera de trabajo, un año más tarde, cuando se mudó a un apartamento completo. No hubo mucho raciocinio involucrado, sino más bien buscaba combinaciones alegres de colores y diseños. Me gustó el hecho de que las telas tuvieran los diseños grandes, que destacaran entre sí.

En el 2013, se graduó mi hermano de la universidad y quise darle algo que no fuera el mismo bolígrafo de siempre. Algo que le recordara cuánto lo quiero a pesar de las peleas que tuvimos (y que seguiremos teniendo porque no la pensamos igual hahaha). En Facebook había visto ya varias colchas con corazones hechos de tiras y decidí que ese iba a ser mi diseño. Lo dibujé primero en papel, para calcular cuántas baldosas y de qué tamaño las necesitaba, según el tamaño del lienzo más grande que había podido encontrar. Después me divertí a revisar TODAS mis telas rojas y negras para cortar las tiras necesarias (no las corté del mismo tamaño sino que aproveché esa diversidad para utilizar todas las que ya estaban cortadas). Recuerdo que cuando terminé las baldosas hice varias pruebas para el borde, pero ninguna me convencía, hasta que le pregunté a mi madre (siempre tiene un punto de vista diferente del mío, sin ser lógico para mí) y con extrema naturalidad me dijo: amarillo! Yo trataba de buscar en mi cabeza dónde algo rojo con negro podía combinar con amarillo, pero cuando coloqué la tela cerca… voilá! La combinación perfecta! Enmarca perfectamente el corazón, agregándole alegría, sin restarle importancia al diseño principal. Me gustó ver que a mi hermano le agradó el regalo y lo tuvo siempre colgado en su cuarto, hasta el día en que se mudó. Próximamente volverá a tenerlo cerca…

Estoy consciente de que hay artistas textiles que superan con creces mis lienzos, tanto en belleza, complejidad y técnica. Pero me gusta lo que he hecho hasta ahora y que haya gente que lo aprecia. Todavía tengo unos cuantos lienzos disponibles por ahí que desean ser utilizados, y creo que uno de ellos lo llenaré con esta composición. Compré estos triángulos en batik hace años y nunca los utilicé. Son unas de mis telas favoritas puesto que se estampan a mano y cada uno termina saliendo diferente del otro: no hay dos iguales! Me recuerda un poco las olas del mar y tal vez aprovecharé para realizar algún bordado en los espacios vacíos. Siempre me he sentido intimidada con el bordado a “manos libres”: ya veremos qué sale de todo esto!

Chatea conmigo
Hola
¿En qué puedo ayudarte?