fbpx

Tag: consejos

Costura

Selvages (o selvedges)

Son los orillos de la tela, donde generalmente está la información del diseñador, el nombre de la colección, año de fabricación, fabricante, nombre y número del diseño y la paleta de colores utilizada en la elaboración de esa tela en específico. Toda esa información resulta útil a la hora de buscar la misma tela o los demás diseños que componen la misma colección. Además, está terminados de una manera tal que no se deshilachan. Lo que me fascina de utilizarlos, es que no sólo revivo las telas que compré, sino que me divierte al ver la cantidad de colores que se usaron en cada tela y las diferentes formas con que son representados esos colores.

Aún cuando mucha gente no los utiliza, existe mucha gente que le saca provecho a esos orillos. A la final, es como tener un bono extra con cada pedazo de tela comprada… Confieso que al principio, yo formaba parte del primer grupo, pero a medida que fui conociendo más de este maravilloso hobby, me pasé para el segundo grupo, lamentando haber botado los orillos en el pasado.

Al ser lento el proceso de coleccionar selvages, me resulta muy útil aprovechar la generosidad de aquellas personas que no los usan pero los guardan para los que sí lo hacen, así que no pierdo la ocasión de comprar o pagar por el envío (dependiendo de cada persona) de lotes enteros de orillos, que al recibirlos los paso uno a uno (como un coleccionista de estampillas!), para deleitarme la vista primero, y que después procedo a lavar, planchar y organizar como todos mir orillos propios. Una chica, además de regalarme una caja completa de orillos, me envió varios retazos grandes de telas tabién y, por si fuera poco, un estupendo libro sobre cómo trabajar con los orillos y realizar colchas de estilo moderno: fue como morir y volver a nacer!

En el momento en que los plancho, aprovecho y me fijo si el borde está entero o si presenta síntomas de corte o alguna falla en la fabricación, puesto que de eso depende que mi proyecto no se vea perjudicado si algún pedazo de tela se deshilacha o desprende del resto.

PREPARACIÓN

Como ya dije, para mí los orillos son exactamente como cualquier otro pedazo de tela y les doy el mismo tratamiento, antes de clasificarlos. Si provienen de mis telas, obviamente ya están lavados y planchados, por lo que sólo tengo que cortarlos de la tela principal (generalmente los corto a 2 cm. del borde blanco; si se trata del lado que notiene ese borde, entonces los corto a 3 cm. de la orilla de la tela). No los corto hasta tanto no tener que utilizar el pedazo de tela en cuestión, puesto que puede ser, como en el caso de las tiras de los gorros médicos que estoy haciendo últimamente, que necesito el ancho completo de la tela y entonces no podría cortar el orillo. Hay personas que cortan 1/4″ por encima del borde blanco para que, al coser los orillos, no se vea ningún diseño de la tela sino solamente la parte escrita. Ya eso es a gusto de cada quien. Comparto la opinión que dice que mientras más pequeñas sean las baldosas, menor deberá ser la tela mostrada y las baldosas más grandes, lucirán mejor con mayor tela a la vista. Tampoco todos los orillos deben ser del mismo tamaño: es agradable ver un poco de variedad y la mía la obtengo precisamente de esa adquisición de orillos de otras personas.

Una vez que ya tengo los orillos separados, los coloco en una caja para dejar la clasificación para cuando exista ya un volumen considerable. No suelo dividirlos por color, puesto que generalmente los selecciono al azar y si necesitara algún color en especial, pues lo busco entre los orillos disponibles, así que prefiero dividirlos por tamaños para utilizar en cada proyecto la longitud adecuada y desperdiciar lo menos posible. Mi criterio de clasificación es el siguiente:

  • Menos de 5″
  • Entre 5″y 10″
  • Entre 10″ y 15″
  • Entre 15″ y 20″
  • Más de 20″
  • Diseñadores famosos (Kaffee Fasset Collective, Pat Bravo, Amy Butler, Tula Pink, Lotta Jansdotter, etc.)
  • Navidad
  • Orillos con restricción de ventas (algunas telas están hechas solamente para uso personal y no para la venta, así que esas automáticamente pasan a ser mías!)

COSER LOS ORILLOS

Como en casi todo mi aprendizaje, aprendí a coser los orillos por intuición y, al leer el libro que me regalaron, me di cuenta de que empezaba por el lado equivocado, haciéndome las cosas un poco más difíciles (por qué no se me habría ocurrido invertir el orden?).

Lo primero que hay que hacer, es conseguirse un pedazo de tela (preferiblemente delgada, pudiendo ser una que no nos guste puesto que nadie la va a ver: es la ocasión esperada para utilizar cualquier pedazo de tela tengamos en nuestro poder!) en donde comenzar a coser los orillos. Deberá ser del tamaño necesario para elaborar el proyecto en cuestión o un poco más grande puesto que después se recortará a la medida deseada. Hay veces en que se utiliza la misma tela que se usará en la colcha, por ejemplo, si la baldosa no estará totalmente recubierta de selvages. Cuando yo elaboro mis botas o individuales con los orillos, por ejemplo, de una vez coloco detrás de la base que utilizaré, la tela del interior de la bota o el reverso del individual, para que a cada costura se vaya acolchando el todo y quede practicamente terminado un lado y el otro al mismo tiempo.

Si el objeto que se desea realizar no amerita una base sobre la cual coser los orillos (porque es muy pequeño o porque no involucra un borde todo alrededor, por ejemplo), se pueden seguir las siguientes instrucciones sin necesidad de un pedazo de tela.

Lo primero que hay que hacer es conseguir todos los materiales necesarios y disponerlos sobre la mesa de trabajo. De esta forma se podrá chequear que no falte nada. En mi caso, para explicarles la técnica de costura de los orillos, he decidido hacer un posavasos (si no se cose alrededor del borde sino que se rellena, se obtiene un lindo alfiletero), así que lo que necesito es un pedazo de tela de 5″x5″, un retazo de tela blanca (o del mismo color de los orillos que se vayan a usar) de 1″x5″ y varios orillos de mínimo 5″ de largo, que precedentemente he cortado a 1/4″ del borde blanco del orillo mismo. Yo voy a utilizar toda la superficie del orillo, no sólo la parte en donde aparecen los colores. 

Se empieza con el retazo de tela blanca (en este caso en particular, pero pudiera ser cualquiera) y se sobrepone un orillo a una distancia de 1/4″ del borde superior. No hay que escatimar en este sentido porque, como lo mencioné antes, es demasiado doloroso ver un producto terminado que se dañe al lavarlo o usarlo porque la costura simplemente no agarró la cantidad de tela suficiente en ambos lados (ya me pasó con mi primer mantel y quería llorar!). Yo personalmente, prefiero planchar con vapor a cada sobrepuesta de material porque de esta forma las dos telas quedan bien unidas y no es necesario engomarlas o fijarlas de otra manera. Se procede a coser, preferiblemente con el hilo del mismo color del borde (al ser casi todos blancos, yo utilizo un hilo beige claro para que no distraiga la atención de la información impresa en el borde), a 1/8″ de distancia de la orilla de la tela. Yo me encuentro mejor cosiendo con los bordes sellados mirando hacia mi derecha porque me parece que controlo más la situación. Este proceso se repite hasta completar la baldosa que estamos haciendo.

Una vez completada la baldosa, se procede a recortarla del tamaño deseado, como una baldosa común y corriente. En este caso específico, rebajé el pedazo de tela a 4,5″ por lado, del mismo modo que hice con la baldosa de los orillos, porque me parecía muy grande. Colocamos ambas telas cara a cara con los lados derechos entre sí, cosemos todo alrededor a una distancia de 1/4″ dejando una abertura para poder voltear la pieza, cortamos las esquinas y volteamos. De esta forma obtenemos un cuadrado de 4″ de lado. Planchamos y cerramos la abertura costureando todo alrededor. Y ya tenemos nuestro hermoso posavasos o, como dije antes, si después de voltearlo lo rellenamos con el elleno que más nos gusta (las cáscaras de nueces machacadas es lo que se está usando recientemente para los alfileteros) y cerramos la abertura a mano, tendremos un colorido y original alfiletero.

ALGUNAS DE MIS CREACIONES

Aunque básicamente se puede hacer cualquier cosa con los orillos, como si fueran tiras regulares de tela, se prestan muy bien para objetos que necesiten una estructura más rígida, como bolsos, individuales, adornos, artículos para el hogar, cojines, o que se aproveche de la necesidad de coser a cortas distancias para crear el acolchado de una sóla vez.

Entre las cosas que he realizado, les muestro algunas, para que puedan tener un motivo de inspiración para sus próximos proyectos.

Costura

A coser!

Muchas veces dejamos de hacer cosas porque tenemos miedo de cómo saldrán, de qué dirán los demás si salen bien o si salen mal (la gente siempre va a hablar, recuerda!) o sencillamente porque creemos que no seremos capaces de hacerlas.

Haz todos los días algo que te dé miedo.

eleonor roosvelt

Pues bien: hay que hacerlas! Y la razón es muy sencilla: es algo que queremos hacer!

Recuerdo que toda mi vida le tenía casi terror a la máquina de coser, y ni se diga de coser algo a mano (una cosa es bordar y otra muy distinta es coser!). Pero después de mi primer curso y viendo el resultado, todo hecho por mi, la sensación de orgullo y bienestar que sentí fueron más grandes que mis temores sucesivos… Creí que todo podía lograrlo!

Así que te enseñaré algunas pequeñas nociones que quise enormemente haber encontrado en los libros, pero muchos están escritos como si la gente supiera por lo menos coser, antes de practicar el patchwork o quilting (y ese no era mi caso). En mis inicios, compré y devoré cuanta biblografía se me atravesara en las librerías, mercaditos, ferias de libros, que fuera en inglés o italiano (en español la verdad no encontré mucha), para poder aprender las técnicas básicas del piecing (coser las piezas juntas), quilting (acolchado) y binding (terminar con el borde).

Pero en ningún libro encontré algo tan básico como: empezar y terminar una costura. El que revisa mis primeros trabajos al revés, se dará cuenta de que yo le hacía un nudo para terminar una costura que hubiese quedado en el medio de la tela, porque no sabía como asegurarla. Me resultaba algo talmente fastidioso que lo dejaba para el final. Dentro de mí sabía que eso no podía ser así, que no se podía perder semejante tiempo en realizar esa tarea ni que fuera la única manera para evitar que se descosieran las costuras centrales. Cuando por fin utilicé el internet para aprender y realizar algunos cursos interesantes, me di cuenta de que la gente cosía adelante y atrás antes de empezar una costura y la terminaba de la misma manera (toda máquina tiene una forma de retroceder, bien sea por un botón o por el pedal): la aguja termina entrando dentro de la propia hebra de hilo varias veces y no hay forma de que se suelte! Vaya que fue un descubrimiento y alivio para mí!

Todavía no sé cómo, pero desde el inicio, aprendí a coser descalza (si me toca hacerlo en público, procuro tener un par de medias seguramente limpias y muy lindas hehehe): me encanta la sensación de control que el pie adquiere sobre el pedal cuando logra envolverlo, cosa que no podría ser si llevara zapato. Me gusta esa seguridad y sensibilidad que tengo, especialmente cuando tengo que coser despacio.

Y despacio voy. Coser no es una carrera y yo la verdad prefiero tener mis costuras derechas antes de terminar rápido. Si hay algo que han distinguido mis productos en general, son los detalles: no soporto algo mal hecho y por eso me tomo mi tiempo. En ciertos pasos de la costura, hasta prefiero utillizar el volante manual para introducir la aguja porque puedo controlar la fuerza con la que la aguja entrará en la tela, especialmente si son varios pliegues o si la tela es bastante gruesa. Tal vez la gente no entiende por qué me tardo tanto en entregarle lo que me piden “si sólo tenía 2 o 3 personas por delante”: la inspiración es algo sumamente importante, pero también me cercioro de que nada quede a medias y que se pueda descoser con el uso.

Debes de conocer bien a tu máquina de coser, así como el jinete conoce a su caballo. Te aconsejo leer el manual de uso, aunque al principio no vas a entender ni la mitad de los términos que ahí utilizan, pero debes familiarizarte con todo lo que puede ofrecerte, trucos para hacer las cosas más fáciles, posibles problemas y soluciones y, muy importante, el mantenimiento. Yo lo tenía siempre a la mano, porque revisaba casi todo antes de hacer un movimiento en falso, y me regresaba al diagrama de las partes para entender de qué me hablaban. Hace poco, buscando el por qué la máquina no quería coser (los hilos no se intersectaban entre sí), lo saqué de nuevo y empecé a leerlo de cabo a rabo y saben qué aprendí? Que puedo cargar una bobina con el mismo hilo que estoy usando sin necesidad de deshilvanar la aguja, sino simplemente trayendo el hilo hacia arriba y que pase por el tirahilo, hasta la bobina misma. Puede parecer tonto, pero todo constituye un ahorro de tiempo. De seguro lo leí, pero hace 15 años no entendí el significado ni la importancia de lo que estaba leyendo.

Generalmente, las máquinas electrónicas, tienen una longitud de puntada predispuesta al iniciar (la mía es de 2,5 mm. de largo). Pero me acostumbré a utilizar una más corta (2 mm.) cuando coso dos o más telas (hay menos probabilidad de que se deshaga la costura y que quede torcida). La estandard la dejo para cuando quiero aplicar una costura decorativa como por ejemplo en los bordes y en las tiras de las asas de los bolsos, en el acolchado, etc. Para los ruedos de los pantalones/jeans uso otra más larga, tipo 3 mm.

Muy importante es saber elegir el pie correcto para la máquina de coser. Las máquinas europeas poseen un pie estandard diferente al americano, puesto que en USA la costura promedio se realiza a 1/4″ del borde de la tela mientras que en Europa se realiza a 0,75 cm del borde (en la foto, el pie de la derecha). Para poder seguir los patrones de patchwork con medidas en pulgadas, conviene proveerse del pie que comunmente se llama de “borde estrecho” (el de la izquierda, en la foto; se reconoce porque el ancho de un lado y otro de la aguja no es simétrico): te asegurarás de que todas tus baldosas queden perfectas!

Antes de planchar una baldosa (block en inglés) para que se quede abierta, me recomendaron planchar las costuras cerradas, así como salen de la máquina, para sellar los orificios. Tal vez no tenga eso mucho sentido para nosotros, “los comunes mortales”, pero si las grandes mentes del quilting lo recomiendan, es porque sirve y hace que el trabajo resulte mejor.

Organización

Organización: algunas ideas

Todo trabajo o pasatiempo, requiere una buena organización para que el trabajo pueda desarrollarse más fluidamente y para que las ideas que tengamos en nuestra mente puedan ser fácilmente puestas en acción, logrando así en ambos casos los resultados deseados.

La costura no escapa a esta regla y cada creador tiene un estilo propio de organizar su espacio. Yo nunca tuve un espacio cerrado, completamente dedicado a la costura, por lo que tuve que inventarme, dentro de las posibilidades tanto económicas como de materiales disponibles, una manera de almacenar mis telas y utensilios de tal forma que no estuviesen a la vista, el lugar tuviese un “aire” ordenado (no siempre alcanzable hehehe) y que me permitiese tener al alcance de las manos lo que necesitara. Hoy en día, conociendo un poco las técnicas de organización de Marie Kondo entiendo por qué ella sugiere ordenar todos los elementos de una misma categoría de una sóla vez: de ese modo, se utliza el mismo criterio desde la primera hasta la última pieza, además de poder identificar rápidamente a los duplicados. Cada vez que he tratado de dividir mis materiales, cualquiera que fueran, me doy cuenta de que la vez anterior utilicé un criterio diferente que a lo mejor ahora ya no comparto y tengo que volver a clasificar todo según lo que considero en ese preciso momento. Y eso involucra mucho tiempo, cosa que no siempre sobra.

Casi todas las mesas que utilizo tienen ruedas, para permitirme moverlas fácilmente en caso de necesidad, bien sea que quiero modificar la disposición del estudio o que quiera alcanzar algo que coloqué debajo o detrás de ellas. Los muebles de Ikea siempre han sido mis mejores aliados en ese propósito, junto con sus soluciones para almacenar y organizar toda la casa. Lástima que aquí no exista una tienda Ikea, pero casi todo lo que tengo me lo traje en mi mudanza y me ha durado ya más de 15 años.

Por vivir en una ciudad grande, con mucha contaminación ambiental (por más que mantengamos las ventanas cerradas prácticamente todo el día), no es conveniente para mí almacenar mis telas en repisas como he visto que otros quilters hacen: es demasiado el polvo que se deposita en cada superficie de la casa y eso conllevaría a que las telas se ensuciaran. Así que decidí utilizar cajas grandes de plástico para guardar todos los pedazos de tela que sean mínimo de una yarda. A medida que mi inventario fue creciendo, dividí las telas por color, identificando cada caja con una etiqueta para que pudiera ir directamente a la caja que contenía la tela que estaba buscando. Mientras más se usa el propio inventario, más se tiene conocimiento de lo que se posee (así como cuando un niño está reuniendo las barajitas de un album y sabe exáctamente cuáles tiene y cuáles no, a pesar de que el album contenga unas 500 piezas diferentes!) y se localiza con bastante facilidad. Las telas para niños, las de Navidad y los batiks/orientales/diseñadores tienen una caja aparte, sin importar los colores puesto que es el género lo que más me interesa aquí.

Las telas que no son las tradicionales, sino que son de tapicería, jersey, lycra, para cortinas, jeans, cuero o de cualquier otro tipo de material, también las almaceno en esas cajas grandes, pero por separado, porque tienen unos usos más específicos y las uso menos. Eso sí: tela que entra a mi casa no se bota! Tarde o temprano se le encontrará un uso para cada una de ellas, así como los desechos de tela, producto de los cortes que hago, también los guardo para ser luego utilizados como relleno de camas para mascotas o puffs. Las madejas de hilo y lana que compré en Italia para realizar accesorios para el invierno, también están guardados en este tipo de cajas y dos contenedores de lata grandes, con tapa. Nunca más los usé desde que llegamos a Panamá pero estoy segura de que volveré a usarlos, tarde o temprano…

Este año, empecé a sacar los pedazos que no llegan a tener una medida mínima de 22×18 pulgadas (es decir, un fat quarter en inglés o lo que se conoce como un cuarto de yarda “gordo”, porque el verdadero cuarto de yarda sería 44×9 pulgadas pero no rinde mucho si que quiere trabajar con retazos más grandes de 9″ de ancho) y los estoy guardando en otras cajas de plástico más pequeñas pero siempre con tapa, para saber que si los veo ahí sé que no tengo mucha tela para usar. Estos retazos no están divididos por colores aún, puesto que no he revisado todas las cajas que tengo sino que los voy sacando a medida que aparecen. Pero dentro de la caja sí los voy ordenando cromáticamente (el ojo también quiere su parte para inspirarse!). 

Esas mismas cajas las uso también para guardar todo el material que se refiere a un proyecto en específico, para tener a mano las telas que estoy usando (y evitar así usarlas para otro proyecto), las piezas que ya corté y las que terminé, esperando poder ensamblar todo para terminar el producto. De esta forma, está protegido, fácilmente identificable y no ocupa mayor espacio. He leído que varias personas utilizan cajas nuevas de cartón como las que se usan para entregar pizza a domicilio puesto que son cuadradas, robustas y los bloques que se van terminando de una colcha o proyecto se mantienen bien estiradas en ese tipo de contenedores.

Para los retazos más pequeños, utilizo cajas plásticas más pequeñas que las otras (generalmente utilizo contenedores tipo Tupperware o donde vengan algunos alimentos -las cajas de las galletas Milano son magníficas para ésto-) y los clasifico por tipo:

  1. Retazos sin forma definida (por color)
  2. Tiras (por el largo)
  3. Cuadrados (por tamaño)
  4. Tiras de media pulgada de ancho (por color)
  5. Navidad (siempre tiene una caja aparte del resto de las demás telas, por tratarse de una época del año muy particular)
  6. Salvedges o bordes de las telas (por el largo)

También uso muchas bolsitas tipo zip-loc puesto que son prácticas al mantener juntos todos los retazos de una misma clasificación: una caja de plástico puede contener varios formatos, seprados precisamente por ese tipo de bolsas plásticas.

Los precuts o precortados, como los jelly rolls, los charm packs y los mini charm packs, los tengo en una gaveta de un gavetero de plástico, más bien divididos en “uso personal” y “uso para terceros”: hay algunos que tienen un lugar especial en mi corazoncito y algún día los convertiré en algo para mí hehehe.

Las guatas y cualquier otro tipo de material que uso para acolchar, están colocados en otras cajas dentro de mi armario. Son piezas muy voluminosas y es difícil almacenarlas, además que conviene comprarlas por rollos cuando se pueda, porque así son más variados los usos que se les pueden dar.

En una estantería con cajas apilables guardo todo el hardware para  elaborar bolsos (cremalleras, asas o mangos, cintas, anillos, botones magnéticos, etc.), hilo para bordar, patrones, chaquiras (las cajas plásticas para las medicinas funcionan muy bien!) y casi todo lo que necesito para embellecer mis trabajos. Honestamente, quiero cambiar ese tipo de caja abierto por cajas cerradas puesto que todo lo que está ahí se llena de polvo fácilmente.

Los hilos los tengo sobre la mesa de coser, en una caja de lata que me regaló mi ex jefa en Alemania y en varias otras cajas de plástico con tapa, mientras que las tijeras y las cuchillas están en una cesta pegada de la pared, sobre mi mesa de corte. Sobre esa misma mesa, en una repisa, están los libros que más consulto, junto con las distintas reglas y tapetes de corte más pequeños (uno de ellos es el resultado del mal embalaje realizado por la empresa que nos hizo la mudanza: cuando desembalamos la caja, os dimos cuenta que lo habían doblado a la mitad, rompiéndose!). Para guardar los patrones que compro y que descargo en PDF utilizo una carpeta con hojas plásticas tipo sobre, de esta manera veo rápidamente lo que hay en cada una de ellas.

No siempre las cosas terminan estando donde uno pensaba que iban a estar, especialmente porque a medida que se trabaja, es que nos vamos dando cuenta si algo es práctico o no, si es mejor guardarlo de otra manera o cambiarlo de lugar, y no hay que sentirse mal por eso sino realizar los cambios necesarios para funcionar mejor. Lo que sí es importante es darle un lugar a cada cosa y que cada cosa esté en su lugar, de lo contrario nos pasaremos el tiempo buscando en lugar de producir.

Consejos

Antes de empezar a coser

Mientras cosía la “ración” semanal del mantel para mi madre (más adelante publicaré un post sobre este tema), estaba pensando en cuál iba a ser mi próxima publicación en la página. Tenía varias en mente pero, así como cuando tengo que escoger cuál de todos mis proyectos voy a coser en un determinado momento, la inspiración determina el proceder así que les voy a dar algunos consejos antes de empezar cualquier proyecto.

TELAS

No voy a hablar de los tipos de telas que hay, puesto que yo sólo me dedico a las que son 100% algodón y la lona, sino que les voy a contar cómo yo preparo mis telas previo al corte. Hay muchas ideas al respecto y cada persona tiene su teoría. Hay personas que prefieren trabajar con las telas nuevas tal como vienen de la tienda puesto que poseen un producto que las hace un poco más tiesas y por ende más fáciles de manejar, pero personalmente pre-lavo TODAS mis telas, por dos motivos principales:

Primero, lo hago para evitar que puedan desteñir y por ende arruinar el trabajo que hice (que no lo vería yo sino mi clienta o la persona qe recibió algo mío como regalo) y eso no entra dentro de mis opciones. Con el pasar de los años he aprendido a lavar todas las telas que compro en lavadora, ciclo suave, detergente para ropa delicada y una hoja de COLOR CATCHER o atrapa color: una solución mágica que atrapa todo el color que alguna prenda pudiera soltar, haciendo que ninguna otra pieza presente en la lavadora pueda quedar teñida y arruinada. Es una cajita de cartón roja y contiene 20 hojitas, es decir 20 lavadas. Yo suelo volver a usarla si veo que no hubo coloración en la lavada. Créanme que vale la pena invertir en ese producto también para el lavado de ropa normal: ya no separo la ropa delicada en blanca y oscura, toda va en la misma lavadora pero con la hojita mágica! Otro producto sencillamente maravilloso, en caso de que ya el daño esté hecho, es el quita-desteñidos DYLON: se disuelve en agua (bien sea para lavado a mano como en lavadora) y elimina los tintes accidentales de la ropa. La primera vez lo compré con dudas pero con esperanzas al mismo tiempo, puesto que quería salvar una camisa que había manchado. Después de ver el resultado, ya no falta en mi lavandería! La cajita trae 2 sobres, es decir sirve para dos usos. En Panamá, sólo los he visto en los supermercados Riba Smith, cerca de los detergentes para lavadora.

Segundo, no me gustaría ver que alguna prenda mía se encogiera: sería una falta inconcebible! A muchas personas que viven en los países fríos, donde elaborar colchas es prácticamente cosa de todos, les gusta cuando lavan la colcha después de haberla terminado y la tela se encoge un 2-4%, creando un efecto como de pieza antigua, vivida. Panamá no tiene el clima para hacer colchas así que es algo que hago relativamente poco y me dedico más a bolsos y decoración para el hogar: se imaginan que me pidan un camino de mesa para una determinada mesa de la sala y que, después de lavarla, se encoja dejando al descubierto más superficie de la que se quería mostrar? No se vería nada bien y perdería profesionalidad.

Después de lavarlas, procedo a plancharlas y guardarlas en cajas plásticas, dividiéndolas por color. De esta forma, es más fácil conseguir lo que busco y el polvo no las dañará. Las únicas telas que nadie lava previamente son las que se conocen como PRE-CUTS o precortadas: son cortes específicos de telas para facilitar la elaboración de piezas de patchwork. Las más conocidas son Jelly Rolls (selección de 40-42 tiras de 2,5 pulgadas de ancho por el largo de la tela), Honey Bun (selección de 40-42 tiras de 1,5 pulgadas de ancho por el largo de la tela), Layer Cakes (selección de 40-42 cuadrados de 10 pulgadas de lado), Charm Packs (selección de 40-42 cuadros de 5 o 6 pulgadas de lado), Mini Charm Packs (selección de 40-42 cuadritos de 2,5 pulgadas de lado), Fat Quarter Bundle  (selección de rectángulos de 18×22 pulgadas) y Fat Eight Bundles (selección de rectángulos de 9×22 pulgadas).

HILO

Creo firmemente que cuando hacemos algo, especialmente para los demás, debemos de utilizar los mejores ingredientes o materiales, si no, no vale la pena hacerlo. Este principio lo he visto siempre a lo largo de toda mi vida, con los varios emprendimientos de mis padres y, por ende, los míos.

El mejor hilo que consigo yo aquí es Güttermann, 100% poliester. Es alemán, muy resistente, no se deshilacha y viene en un sin fin de tonalidades. Además, existen 3 tamaños diferentes, 100, 250 y 500 m., lo cual facilita la buena utilización del mismo. En Europa y en Estados Unidos es muy famoso Aurifil, italiano y de gran trayectoria también, pero en Panamá sólo es posible conseguirlo a través de tiendas on-line.

He aprendido a coser mis retazos con el color beige como hilo principal, en lugar del blanco que resulta el más tradicional, pero más monótono a mi manera de ver y más fácil de detectar si algo sale mal (y como a mi no me gusta la monotonía ni lo que todos hacen, pues decidí cambiar ese color!). También suelo utilizar tonos más oscuros, como negro, índigo o marrón, si la tela es muy oscura puesto que siempre existe la posibilidad de que se vean las puntadas, especialmente si se planchan las junturas abiertas.

AGUJAS

Siguiendo el mismo principio anterior, las únicas agujas que utilizo son Schmetz (Alemania) y Singer (USA). Vienen en varias medidas, dependiendo del grosor de la tela que se quiera coser. Es muy importante escoger la aguja adecuada si queremos evitar que se rompa la punta sin necesidad. Me gusta mucho la 75/11 puesto que entra muy bien en 2 capas de telas de algodón (prácticamente para lo que sería el piecing o unión de varios pedazos de tela). La 80/12, que es la más común en el mercado local, también es muy buena para el piecing pero a veces puede jalar algunos hilos, especialmente si la tela es más liviana que la tradicional; perfecta para coser 4 capas de telas juntas o tela de lona. La 90/14 se utiliza para telas más gruesas como el jeans. La 100/16 todavía no la he utilizado pero igual sirve para el jeans o telas aún más gruesas. Existen también agujas especiales para tela de jersey o franela, donde la punta no debe ser afilada sino más bien redondeada para abrirse paso entre los hijos y no cortarlos; y para telas tipo lycra, donde la tela resulta elástica por ambos sentidos.

Conviene cambiar la aguja después de cada proyecto grande o cuando notamos que aparece un ligero ruido al momento de que la aguja hace contacto con la tela: es señal de que la punta ya no está tan afilada como antes y podría deteriorar la tela que estamos utillizando.

PLANCHA

No sabía la diferencia entre una plancha buena y una plancha especial para quilters hasta que en diciembre del año pasado me regalé una para Navidad! Oliso Mini Iron es la mejor plancha que se pueda pedir porque llega a temperatura en pocos segundos, posee la punta extrafina para separar las dos telas sin necesidad de usar los dedos, su superficie es de cerámica para mantener una temperatura constante, tiene una base de silicona flexible para apoyarla mientras está en uso pero con un gancho para cuando se quiere guardar y además cuenta con suministro de vapor para eliminar las arrugas más difíciles. Fue diseñada con un formato más pequeño que la tradicional Oliso Pro o Smart y con un voltaje universal (220/110) para facilitar su transporte y uso durante los viajes. Es decir, no sólo mi máquina de coser la puedo utilizar en cualquier país adonde vaya sino también mi plancha! Y eso es una maravilla, para una persona siempre dispuesta a mudarse!

 

Chatea conmigo
Hola
¿En qué puedo ayudarte?